Aunque no lo creas, la Santísima Trinidad automovilística cumple 10 años, y no le ha afectado
Por una parte, el LaFerrari hacía gala de V12 atmosférico de 6.2 litros que, de la mano de un motor eléctrico de 163 CV, rendía un total de 963 CV y 900 Nm de par. Con dichas cifras, el hiperdeportivo del cavallino rampante era capaz de fulminar el 0 a 100 en 3 segundos y alcanzar una velocidad punta de 350 km/h, todo ello acompañado por una apoteósica banda sonora.
El Porsche 918 Spyder recurría a un V8 atmosférico de 4.6 litros que desarrollaba 608 CV y 500 Nm de par, cifras que se elevaban hasta unos mucho más salvajes 886 CV y 1.280 Nm de par gracias a la presencia de un propulsor eléctrico de 129 CV. Así, la apuesta de Stuttgart cubría el 0 a 100 en 2,6 segundos y gozaba de una velocidad máxima de 345 km/h.
Y por último pero no por ello menos importante el McLaren P1, modelo imponía su ley de la mano de un V8 sobrealimentado por turbo de 3.8 litros que, por sí solo, produce 737 CV y 720 Nm de par, cifras que aumentan hasta los 916 CV y 900 Nm de par por cortesía de un motor eléctrico de 179 CV. Con todo ello, el hiperdeportivo de Woking conseguía fulminar el 0 a 100 en 2,8 segundos y alcanzar una velocidad punta de 350 km/h.
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